Odio.

Siento celos
de esos que calcinan por dentro,
de esos que acorralan las buenas intenciones,
de esos que arañan
y rasguñan,
hieren cortando en pedazos pequeños
los brotes de rosas
que se instalaron en el pecho.

Siento celos
de ver lo que haces con ella y no conmigo,
de esos que me acorralan y me den ganas
de ir por una navaja
un bote de refresco de Pepsi
y ahogarte dentro con alcohol de 96 grados,
de esos celos que asfixian,
que enceguecen,
que rompen todo lo que he logrado.

Siento celos
y quiero romperte el cuello
mientras fumo un tabaco.
Siento celos
quiero que no te vayas nunca y lo peor es que te irás,
de esos celos que me incitan
a romper cráneos,
desollar,
romper huesos,
o simplemente irme de aquí
y no verte nunca más.